Consideraciones en la formación integral


Aprender a educar en una formación integral

Enseñar es transmitir valores, estimular espíritu crítico del oyente, sin caer en el adoctrinamiento y viene del latín insignare.

Enseñar es transmitir una información de una persona a otra, es una serie de conocimientos, más o menos avalados por el paso de los años

Educar: procede del latín educare, que se refiere a conducir, dirigir, encaminar, guiar, orientar. Es conducir y dirigir hacia un ideal, implica un ejercitarse y un perfeccionarse, desarrollar las facultades intelectuales y morales de una persona.

Formación integral.-Tiene su etimología en el latín, de dar forma a una cosa, modelarla, configurar o conformar algo. Es crear o construir una cosa que no existía, es llegar a unas perfecciones que no se tenían.

La formación integral está dividida en varias partes:

Formación de la inteligencia: no consiste solo en la adquisición cuantitativa de saber llamar la acumulación de la información, sino sobre todo en el uso adecuado de la razón según sus propias reglas lógicas, buscada por encima de todo, en la capacidad de emitir juicios y equilibrados sobre sí mismo, se incluye la de la memoria, al menos la memoria llamada intelectiva.

Formación del carácter: la formación de la inteligencia debe ser completada con la formación de la voluntad, de las pasiones, de los sentimientos, emociones, afectos, en fin, de todo esos sectores del hombre que van configurando su carácter.

Formación de la imaginación: la imaginación tanto para la comprensión de los conceptos y de las ideas, como para la creatividad personal. Por ello, al mismo tiempo que se pone un dominio sereno de la fantasía, se favorece su desarrollo para lograr así una personalidad creativa, que se puede manifestar en campos muy diversos.

Formación de la conciencia: nos proporciona el juicio moral sobre los propios actos y precios realizar y el mal que hay que evitar. Es de capital importancia en la formación de las personas, por estar tan estrechamente relacionado con la percepción y la relación practica de los valores.

Formación en los valores humanos: es suma mente amplia pues abarca una amplia gama de realidades humanas y sociales. Baste pensar por ejemplo en la necesidad e importancia de formar a los jóvenes en el aprecio de virtudes como la justicia, la veracidad, el dialogo, la responsabilidad, la coherencia de vida, la nobleza, el respeto mutuo, que son la base de la convivencia.

Educación de la libertad: una completa formación del hombre no puede ignorar la formación de la libertad. Para usar correctamente la propia libertad hay que formar antes las dos facultades superiores del hombre: la inteligencia y la voluntad. Por ello el eje de la formación de la libertad es la formación de una recta conciencia cuyo ejercicio implica, como antes he señalado, el uso de estas dos facultades superiores.

La formación integral tiene fines sobre los que girará la formación integral abarcan la intelectual, lo humano, lo social y lo profesional.

Formación intelectual. Este tipo de formación tiende a fomentar en los estudiantes el pensamiento lógico, crítico, y creativo, sobre todo aquello de carácter teórico que circula de manera privilegiada en el ámbito universitario. Un alumno formando de esta manera, desarrolla la habilidad para razonar, analizar, argumentar, inducir, deducir y otras.

Formación humana: es un complemento indispensable de la formación integral y se relaciona con el desarrollo de actitudes y la integración de valores, debe abordar al sujeto en sus dimensiones emocionales, espirituales y corporales.

Formación social. Fortalece los valores y las actitudes que le permiten al sujeto relacionarse y convivir con otros.

Formación profesional. Está orientado hacia la generación de conocimientos, habilidades y actitudes encaminados al saber de la profesión.

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